Y un poema...

Yo dejo el mío, como imagino que todos tenemos una luna que hace camino en el agua… aquel que se acuerde de donde la guardó que la deje abajo, que nunca faltará un poema para ella…

Un día quise atrapar la luna que rielaba en el agua
y en su rastro me perdí, mientras, el agua calaba,
primero mi pantalón, luego, la camisa blanca.

Un día quise atrapar la luna que rielaba en el agua
pero por más que nadaba la luna se me escapaba,
cerraba fuerte los puños sobre las olas livianas
y salían entre mis dedos espumitas resaladas.

Un día quise atrapar la luna que rielaba en el agua
y regresé a la orilla, tu, desnuda, me esperabas,
tu cuerpo era un jardín, un jardín con jacarandas,
tu piel era de seda, tu vientre mi mar en calma,
tus senos el paraíso y tu boca la manzana
donde perder la inocencia sin querer recuperarla,
y me miraste a los ojos y allí la vi reflejada…
y desde entonces la luna se acuesta en mi misma cama
me dice cuando es de noche y me alegra las mañanas.

Joér, Joselillo, vaya poeta. Bueno, dejo esta luna, que aunque no hace camino en el agua, sí sobre ella. Saludos.